Flashback: Mayo 2014...
...“Elevarse”,
“Iluminarse”, “liberarse” son sinónimos para Platón. En la medida en que el
hombre supere el sentido común y pueda descubrir lo que hay detrás de la
experiencia sensible comprende que lo visible no es más que una imagen (o una
copia) confusa de lo realmente real.
De esta
forma, elevarse hacia lo eterno, lo inmutable y lo inteligible; iluminarse con
los rayos de la luz del conocimiento cual sol que alumbra la tierra y dota de
visa a los seres que habitan en ella; y liberarse de la presión de la
ignorancia conforman la finalidad pedagógica que persigue Platón.
Ahora
bien, el filósofo ateniense no sólo distingue entre dos mundos posibles (el
sensible y el inteligible) sino también entre dos formas distintas de acceder
al conocimiento de cada uno de ellos: La opinión y la ciencia.
Partamos
de un ejemplo: Supongamos que somos estudiantes de medicina. Durante nuestras
largas y exhaustivas tardes (y noches)
de estudio, vemos y estudiamos múltiples ejemplos individuales de enfermedades.
En consecuencia, vamos definiendo qué es una enfermedad. Y a partir de lo que
es una enfermedad llegamos a la idea de enfermedad definida por la medicina, lo
que nos va a permitir entender cuándo alguien está enfermo y cuándo no lo está.
Este proceso no es otra cosa que el acercamiento a las ideas ya que, según
Platón, necesitamos hablar de ideas para poder tener cualquier conocimiento
científico sobre algo.
Por otro
lado, su ideario también se expresa convenientemente en una de las tantas
alegorías que Platón postuló a modo de ejemplo: la alegoría de la caverna, la
cual es posible relacionarla con la idea de educación.
La
caverna y las sombras que allí se proyectan (que equivalen metafóricamente a la
opinión, la creencia y la experiencia sensible) son como una prisión que nos sumerge
en la ignorancia y nos lleva al error. Salir de la ignorancia y eliminar todo
conocimiento erróneo significaría liberarse de esa prisión para ir en busca de
la razón.
Sin
embargo, con la liberación no alcanza, hay que iluminar a los que aún están en
la oscuridad. De esta manera, es tarea del docente mostrar el camino ascendente
hacia el conocimiento y el entendimiento, exponer la vía para llegar a las
ideas y guiar al alumno hacia ellas para no incurrir en el error.
Y esto
no es sólo aplicado a los alumnos, sino también a los docentes, quienes
constantemente deben repensar su actividad.
En conclusión,
la educación es un compromiso permanente, no sólo con uno mismo sino también
con los demás. No se puede obligar a nadie a aprender pero el docente puede
demostrar al alumno el camino seguro para que alcance el conocimiento y otorgar
un sentido o propósito para que el conocimiento no se pierda.
Y aunque
el aprendizaje pueda resultar “doloroso” porque se necesita esfuerzo para
superar las opiniones cotidianas y elevarse hacia lo que verdaderamente es, la
recompensa vale el esfuerzo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario