sábado, 17 de enero de 2015

La educación prohibida

Agosto 2014

El documental llamado “La educación prohibida” nos permite reflexionar, como futuros docentes, acerca de ciertos aspectos de gran importancia sobre el hecho educativo. Es a través de conocimientos adquiridos en el espacio de la práctica II y en otras materias que se procede a un breve análisis sobre tres cuestiones particulares:

• El conocimiento en la escuela
• El adolescente y la subjetividad
• La tarea docente

El conocimiento en la escuela: ¿Qué se aprende en la escuela?

El conocimiento es un bien cultural. Está ahí y forma parte de todas las sociedades de todo el mundo. Pero el conocimiento puro y original no es el que llega a la escuela. Un tamiz donde decisiones, selecciones, manipulaciones y negociaciones entran en juego convierten a un saber de carácter científico en uno propenso a ser enseñado en las aulas.

De esta manera, la curricula la arman administrativos y, los docentes, se remiten a ella a la hora de enseñar. El diseño curricular es para todo docente la hoja de ruta que debe seguir para llegar a la meta. Entonces, tal y como sostiene el documental ¿Qué sucede cuando los docentes se basan en cumplir detalladamente con el programa dejando de lado, muchas veces, otro tipo de conocimientos y vivencias que pueden surgir? ¿Qué tiene que ver esto con que las escuelas se convierten en espacios de tedio y aburrimiento para los niños y jóvenes?
 
Por un lado, desde sus orígenes, la escuela se erigió como el principal factor de reproducción social y cultural. No podemos obviar que la escuela contribuye a transmitir gran parte de los bienes culturales de generación en generación. Sin embargo, también es preciso destacar que las sociedades cambian, que los conocimientos cambian y que nada es permanente. Entonces, claro está que lo que se aprende en la escuela es constantemente actualizado y revisado.

Pero dicha actualización y revisión, que es realizada por expertos y administrativos, debería  partir de la práctica misma, de la realidad misma. El documental plantea, entre otras cuestiones, revalorizar el rol docente y ampliar el protagonismo de los alumnos. Por lo tanto, no resultaría descabellado pensar que participen alumnos y docentes en la determinación de  aquello que se debe enseñar en la escuela

El adolescente y la subjetividad: Aprender a ser uno mismo

La escuela es el ámbito en el cual los jóvenes constituyen su subjetividad y su identidad. En la escuela, ellos son principalmente “alumnos”. Esta cuestión identitaria se construye en el aula, en las clases y en el contacto de los jóvenes con sus pares y con los profesores u otros directivos.


Además, esta construcción apunta a que los adolescente puedan aprender a pensar por sí mismos, a tomar decisiones, a clarificar sus sentimientos y emociones y a convivir con los demás.


Cuando en el documental, un adulto le pregunta a una joven ¿Vos no querés ser alguien en la vida? y ella sin dudarlo le contesta con absoluta razón pero si yo ya soy alguien en la vida, se manifiesta la importancia que tiene para la escuela y para los docentes concebir a los jóvenes como seres auténticos, singulares e irrepetibles y no como una masa homogénea cargada de expectativas  que debe ser modelada.

Cada alumno se “produce a sí mismo” pero esta tarea resulta imposible si el adulto no está allí para él; es decir, si no está allí para resaltar valores como el respeto y la responsabilidad por sobre el materialismo y la competencia, si no está allí para ser un ejemplo con el cual identificarse o con el cual contrastar, si no está allí para incluir en vez de excluir.

La tarea docente: El docente también aprende

Para el pedagogo brasileño Paulo Freire, es una característica inherente al ser humano la capacidad de aprender. Sostiene que el ser humano es inacabado y que, consciente de ese inacabamiento, se sumerge en un proceso de búsqueda. El motor de esta búsqueda es la curiosidad que, como un ser inquieto que cada uno tenemos en nuestro interior, nos impulsa a preguntar para obtener respuestas.

El docente que deposite el conocimiento en sus alumnos sin influencia alguna de la curiosidad, la creatividad y la crítica no sólo logrará que sus alumnos no aprendan sino tampoco aprenderá nada desde su rol. Porque el docente aprende al enseñar y el alumno enseña al aprender.

Por eso, el documental refleja lo importante que es que la escuela no acalle la curiosidad, la espontaneidad, el interés, la voluntad, y la rebeldía de los alumnos. Y lo significativo que resulta que el educador no exponga verdades y respuestas ya dadas, sino que los educandos puedan descubrir esas verdades y puedan preguntar e indagar.


En síntesis, la tarea del docente debe consistir en mostrar “misterios” para que los alumnos se “sorprendan” y encuentren explicaciones de modo que la creación conlleve al aprendizaje.


En conclusión, el presente documental abre las puertas a la reflexión sobre la problemática actual de la educación. Ninguna opinión de cada persona entrevistada es la verdad absoluta ni ninguna experiencia allí reflejada es “la mejor educación posible”. Pero tampoco las ideas expresadas deben ser descartadas por caducidad o por ser utópicas. Por el contrario, tal vez no sea posible aplicar en la práctica todos esos preceptos, porque hay tantas escuelas como realidades sociales, pero si será posible tenerlos presentes para seguir adoptando una postura reflexiva y critica.

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