Agosto 2014
La película que lleva este mismo
nombre se basa en la experiencia real de una docente estadounidense cuya
primera práctica como tal aconteció en una escuela para niños y adolescentes
marginados. La misma refleja las diferentes situaciones que la joven atravesó
así como también las distintas problemáticas de los alumnos y su relación con
el proceso de aprendizaje.

Por otro lado, desde un primer
momento, la creatividad, la iniciativa y el entusiasmo de Stacey choca con el
desinterés de los niños y la despreocupación de sus respectivas familias. Pero
es esta misma insistencia y gracias a las diferentes actividades que la docente
dispone (por ejemplo, el trabajo con determinados valores como el respeto o el
hecho mismo que la docente esté dispuesta a escuchar cuanto sea que los alumnos
quieran contar) hacen que, poco a poco, la curiosidad se despierte en ellos.
Más allá de los métodos
didácticos utilizados para enseñar, son la adecuación a la realidad de los
alumnos y su deseo de que adquieran conocimientos básicos -porque el derecho a
aprender lo tienen todas las personas-, las cuestiones que hacen posible el
proceso de enseñanza-aprendizaje. Resultó interesante cuando un alumno le
preguntó a Stacey ¿Por qué pretendes que aprendamos esto?, y ella le contestó Porque si lo aprendes, es tuyo. Es este
tipo de actitudes y de dichos fue lo que hizo que los alumnos, y posteriormente
sus familias, se comprometieran. Tal vez, la posesión simbólica de un
conocimiento determinado los haya hecho comprender que, aunque desprovistos de
todo y fuertemente marginados, ningún niño y ningún padre en esa particular
posición están condenados a permanecer así para siempre. La educación permite
ver la realidad, y al verla se la puede transformar.
Eso se relaciona directamente con
la situación particular de los niños y adolescentes que se encuentran en el
centro de acogida. La diversidad de edades y de historias personales es
múltiple y variada. Pero no cabe duda de que esto influye. Cuando Miss. Bess se
preguntó por los libros cuando la prioridad era sacar de la calle a sus alumnos
y alimentarlos, no hacía otra cosa que manifestar la profunda dicotomía que
enmarcaba su función como docente en ese contexto particular. ¿La finalidad de
la educación es la asistencia? ¿Es reinsertar a los niños a la sociedad? ¿O es
impartir posibilidades para la construcción del conocimiento? Es todo esto y
mucho más. Pero la docente siempre tuvo en claro que su rol era enseñar.
A su vez, es importante destacar
que, la escuela es un lugar sumamente importante para la construcción de la
identidad y la subjetividad. Danny era un adolescente que, justamente, se
encontraba en dicho proceso. El paso por la adolescencia no es un recorrido
lineal sino uno donde se producen muchos
cambios y procesos tanto físicos como psicológicos. Danny era un chico rebelde
y contestatario pero también sumamente perspicaz e inteligente. La docente
observó esto mismo en él y por ello lo llamó líder. Su confianza en él hizo a su desarrollo pleno y a la
posibilidad de constituirse a sí mismo.
Como sostenía Stacey la escuela es el lugar desde el que empiezas
a ver quien quieres ser y es justo en la pizarra – y más allá de ella-
donde está ese lugar.